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Cargado originalmente por MEDULAR
La tarea que Arqueología Urbana, a través del Taller Medular ha efectuado, es mostrar las ventajas de enamorarse de esta técnica tan útil, como retomar lo que parece inútil, convirtiéndola en patrimonio propio y común.
La designación Medular se inspira en la médula ósea que da soporte a la estructura humana y en Med de Medellín, por ser esta ciudad y sus pueblos vecinos, los escenarios donde se ha desarrollado este trabajo de investigación. Su emblema es tomado del hombre de Vitruvio por Leonardo da Vinci que representa el quinario y la medida áurea. Aquí se expresa en tallos de guadua: elemento que se ha sumado dentro del proceso asiendo una alianza perfecta con el barro cocido, la piedra, la madera, el hierro, el cobre, el bronce, la baldosas policromadas y el cuero reciclado.
En los trabajos se emplean piezas y objetos de demolición, rescatando valores, reestructurando elementos del patrimonio arquitectónico propio, depreciado y en extinción.
Es la unión de elementos tomados de demoliciones e inmuebles derribados, cuyos materiales sirven para estaexpresión en el arte del construir. Piezas básicas desde lo fractal, que a modo de rompecabezas, en un manejo coordinado, técnico y estético, se unen en una miscelánea provocada por la pasión de crear. En esta técnica se elabora y se va tejiendo paralelamente dentro del proceso, una formación eminentemente conductiva hacia un sentido ético en la parte humana, es decir, la construcción natural e integral, que en este momento de la historia de Arqueología Urbana, se materializa por medio de tres torres subdivididas en piezas o módulos de tres, representando la evolución tripartita de cuerpo, mente y espíritu, que tiene por título
Como homenaje a esta alegoría, las torres que miran a Medellín, técnicamente hacen de buitrón que desfoga la combustión de la chimenea principal, construida en una mezcla de ladrillo,adobes y tubos de barro cocido, aderezada con viejos clavos de ferrocarril y revocada con una mezcla de tierra roja, cemento, arena y heno picado, coronada con tres módulos inspirados en las “cebollas” de la arquitectura bizantina, que nació de la combinación del arte grecorromano y el árabe.
Se retoma la antigua técnica llamada chapistería: —armar módulos y polígonos, partiendo de láminas metálicas planas—, complementada con soldadura y adornada con esferas de titanio, para finalmente concluir con un pararrayos de bronce y discos con lanzas de hierro. Sus dimensiones son nueve metros de altura, tres metros de largo y dos de ancho. Los atenores que estructuran las torres, fueron conductores de aguas freáticas y sépticas; los tres tubos de mayor dimensión en la parte superior, base de los bulbos metálicos, conformaban el acueducto de hace 100 años, en un pueblo llamado Copacabana ubicado a unos kilómetros de Medellín. Fue particular que esta torre, que iniciara la fase de La Triada, se concluyera el día treinta, del mes tres, del 2007.
Las dos cúpulas posteriores, estructuradas en mampostería, poseen los mismos elementos que la anterior, se complementan con módulos de vidrio templado y metal; elementos de chapistería en una, formando figuras geométricas con soles; y de forja en la otra, con tres medallones adornados con vidrios de color.
Es precisamente en esta triada de cúpulas que se representa la magia del tres, desde lo material objetivo, hasta lo espiritual subjetivo. Habla del ternario como trípode que nunca pierde balance. Habla también deLa Triadatutelar en todas las teogonías: Padre, Hijo y Espíritu Santo, en el catolicismo; Jesús, María y José, en la cristiandad; el mundo egipcio invoca a Isis, Orus y Osiris; los hebreos representan el ternario fundamental con Keter, Bina y Choma; los místicos tibetanos rezan: Padme, Mani, Hum; en el gnosticismo antiguo eran presentes el Logos,
Este manifiesto del ternario, de la trilogía, de La Triada significa y representa la evolución tripartita de cuerpo, mente y espíritu, haciendo un llamado universal que consiste en aprovechar más nuestras habilidades y destrezas; invitación al movimiento integral para salvarnos y salvar, para vivir como seres competentes, desarrollando un bien común, un sentido natural de vivir. Todos nos debemos a todos, todos aprendemos de todos, así es nuestra tarea, de cuidarnos todos para todos, tratando de seguir unas reglas naturales de conciencia, de armonía, de aceptación en este apasionante y exigente momento histórico. Es una invitación a la reflexión sobre nuestro propio ternario, un llegar juntos a la llave que todo lo abre, la que acompaña el amor.
El ladrillo de barro, el adobe cocido, las maderas como el comino, el canelo, el cariaño; herrajes recuperados, los utensilios rescatados y restaurados hacen honor y reconocen la labor meritoria de los hombres que construían en el pasado, pues así como forjaban su quehacer se forjaban ellos también, legando un ejemplo para emular y unas conductas acertadas para seguir. Brújula, cuyo norte magnético marcó un buen sendero a continuar; inspirados por la compañía de obras imperecederas, que aunque hayan desaparecido muchas de ellas, existen en la memoria de los ya constituidos como discípulos de esa efervescente creatividad.
El cobijo, la casa que todo ser humano anhela construir desde siempre y donde todos como especie nos identificamos. Plasmar nuestro espacio, preconcebir un lugar donde se desenvolverá nuestra vida, nos ha demostrado que en la construcción arquitectónica se manifiesta el temperamento y el carácter de los seres humanos, haciendo de este oficio constructivo, la asignatura más importante y destacada en la existencia del hombre, pues la mayor parte de nuestra vida se desenvuelve en espacios artificiales y fabricados, ubicándose como la matriz de las artes aplicadas, plásticas o escénicas.
Desde una casita de campo hasta una fachada común de barriada, o los augustos espacios, que personas con más capacidad de producción han creado, muestran lo importante de esta versátil manera de construir que brinda a quienes la abordan, grandes posibilidades creativas, invitando a hacer escuela en el proceso, porque realmente en un momento determinado, cuenta más el gusto, la sensibilidad, la pasión, quizás una cultura de espíritu que el mismo poder adquisitivo.
La tarea que Arqueología Urbana, a través del taller Medular, ha efectuado, es mostrar las ventajas de enamorarse de esta técnica tan útil como retomar lo que parece inútil, convirtiéndola en patrimonio propio y común. Dentro de estos conceptos también existen otras propuestas, por ejemplo la que se ha llamado, Minimalismo Elaborado, fusión de clásico y contemporáneo; ideas todas para ser aplicadas por personas de cualquier argot.
También
Estas fuentes han surgido desde datos enciclopédicos y literarios hasta lo observado físicamente en geografías como la marroquí, la mexicana, y la peruana.
El encuentro enla Tasc
Este deterioro de la ciudad tuvo implicaciones que lograron traumatizar unos procesos formativos y crearon un impacto en lo que se percibía como “el caldo de cultivo” de toda una cultura, frustrando un mejor porvenir. La desaparición de muchas de aquellas edificaciones fue la causa de la pérdida de todo un lenguaje asesor, aquella matemática inscrita magistralmente en la geometría de las formas sucumbió por no existir para entonces un buen carácter urbanístico, que permitiera dar cabida a las nuevas tendencias y a la contemporaneidad, construyendo en derredor sin inmolar lo grandioso de esos clásicos que fueron nuestros libros y cartillas.
El rescate y recuperación de materiales salvados en muchas ocasiones de no haber terminado en rellenos sanitarios, ha ido dando paso a un movimiento integrado, donde los elementos rescatados hacen de guía después de haber cumplido con sus exigencias de selección, disposición, limpieza y demás, porque el resultado final depende en particular del grado de higiene con el que es tratado el material que da conclusión a la obra. El manejo higiénico de ella hace su efecto sobre la disciplina y la conducta del que la elabora, influyendo poderosamente su limpieza individual, otorgándole de paso otras destrezas. Es una especie de gimnasia integral, un ejercicio físico y mental que lo faculta como creador, integrando su vida en un sano manejo y ejecutando con acierto las propuestas que se van gestando en el proceso.
Así pues, Medellín, Medular y Triada son las tres palabras con las que se pretende crear unas fuentes que reivindiquen una de las ciudades más temidas, aborrecidas y prostituidas del mundo: la nuestra, Medellín.